La Intersección de la Justicia y la Misericordia en la Septuaginta: Una Reflexión sobre Tsedaka y Dikaiosune




 La riqueza conceptual de la palabra hebrea "Tsedaka" (צְדָקָה) en la Septuaginta (LXX) revela una profunda interconexión entre la justicia y la misericordia, que va más allá de una simple noción abstracta de rectitud. En el hebreo, "Tsedaka" se refiere no solo a la justicia en términos legales, sino también a un tipo de justicia que refleja la fidelidad, el cuidado y la benevolencia de Dios hacia su pueblo. A través de la traducción de la palabra hebrea "חֶסֶד" (khesed, misericordia) al griego "Dikaiosune" (δικαιοσύνη, justicia) en la LXX, se observa una interrelación entre la gracia divina, la lealtad y la idea de rectitud. Esto es especialmente evidente en una serie de versículos que muestran cómo la misericordia en hebreo fue traducida como justicia en el griego.

La riqueza de "Tsedaka" y "Dikaiosune" en la Septuaginta

En la tradición bíblica hebrea, la "Tsedaka" es mucho más que el cumplimiento de leyes morales o judiciales. Se trata de una cualidad que refleja la fidelidad de Dios a su pacto y su constante preocupación por el bienestar de su pueblo. La justicia de Dios no es únicamente punitiva o correctiva; es una justicia que redime, restaura y protege. Esta justicia se muestra en acciones de misericordia y gracia hacia el pueblo elegido. En este contexto, la traducción de "khesed" (misericordia) como "Dikaiosune" en la LXX introduce un matiz significativo que permite que la "justicia" abarque las ideas de amor leal y misericordia.

Por ejemplo, en Génesis 19:19, cuando Lot clama por misericordia, el hebreo utiliza la palabra khesed para describir la gracia divina, pero en la LXX se traduce como Dikaiosune. Esto no implica que la misericordia y la justicia sean conceptos opuestos, sino que ambas se entrelazan en el carácter redentor de Dios. De manera similar, en Génesis 20:13 y 21:23, la traducción de khesed como Dikaiosune subraya la justicia restaurativa de Dios en su fidelidad a las promesas hechas a los patriarcas. Aquí, la "justicia" no solo cumple con una norma legal, sino que actúa como una fuerza que mantiene la lealtad y el pacto divino con su pueblo.

"Khesed" y "Dikaiosune" en los textos clave

Los siguientes versículos nos muestran cómo esta interrelación entre misericordia y justicia se despliega en las Escrituras:

  • Génesis 19:19: Lot, al ser rescatado de la destrucción de Sodoma y Gomorra, reconoce la misericordia de Dios. Sin embargo, la LXX traduce esta misericordia como "Dikaiosune". Este detalle sugiere que la liberación de Lot no es solo un acto de compasión, sino también de justicia divina, donde la misericordia de Dios es parte integral de su rectitud.

  • Génesis 20:13: En este versículo, Abraham confía en que Dios, a través de su misericordia, lo protegerá en situaciones difíciles. La traducción griega de khesed como Dikaiosune aquí enfatiza que la justicia de Dios incluye su fidelidad para cumplir con sus promesas, protegiendo a Abraham y su descendencia.

  • Génesis 21:23: Abimelec pide a Abraham que le jure que mostrará misericordia hacia él y su descendencia. Una vez más, khesed se traduce como Dikaiosune, enfatizando que la misericordia solicitada no es solo un acto bondadoso, sino que está enraizada en la justicia pactal.

  • Éxodo 34:7: Este versículo es clave en la descripción del carácter de Dios, ya que muestra su misericordia y justicia trabajando juntas. Aunque Dios castiga la maldad, también muestra misericordia por miles. La LXX traduce khesed como Dikaiosune, mostrando que la misericordia de Dios es una expresión de su justicia. Aquí se hace evidente que la centralidad  de la justicia de Dios no es la retribución, sino que es esencialmente redentora.

La conexión profunda entre misericordia y justicia

Esta traducción de khesed como Dikaiosune en la LXX no es casual ni accidental, sino que refleja una teología más amplia que subraya la naturaleza integral de la justicia de Dios. En la Biblia hebrea, khesed expresa el amor leal y la fidelidad de Dios, a menudo en el contexto de su pacto con Israel. En la LXX, esta misma idea de lealtad y amor se expresa a través de la palabra Dikaiosune, que en griego tiene una connotación de integridad y rectitud. Sin embargo, en este caso, la justicia incluye el aspecto de misericordia que está intrínsecamente vinculado a la relación de Dios con su pueblo.

El concepto de justicia en la LXX, especialmente cuando traduce khesed como Dikaiosune, no se limita a la idea de lo que es correcto o justo en términos legales, sino que abarca la benevolencia, la gracia y la redención. En los textos proféticos, como en Isaías 63:7, el profeta alaba a Dios por su bondad y misericordia, y la LXX una vez más traduce khesed como Dikaiosune. Aquí, la justicia de Dios es celebrada como la fuente de salvación para su pueblo, lo que nos muestra que la redención es inseparable de su justicia misericordiosa.

Implicaciones teológicas

La traducción de khesed como Dikaiosune en la LXX tiene profundas implicaciones teológicas. Primero, revela que en el pensamiento judío y cristiano primitivo, la justicia y la misericordia no eran conceptos antagónicos. Al contrario, la justicia de Dios, cuando se expresa plenamente, incluye la misericordia como parte de su carácter esencial. La justicia de Dios no es esencialmente punitiva o correctiva, sino que es primordialmente restaurativa y redentora, lo que implica que Dios está constantemente trabajando para restaurar a su pueblo y llevarlo a una relación correcta con Él.

Además, este entendimiento de la justicia como misericordia tiene implicaciones prácticas para la vida de los creyentes. Si la Dikaiosune de Dios es sinónima de la misericordia, entonces la justicia que los creyentes están llamados a vivir no puede separarse de la graciacompasión y fidelidad. Los creyentes deben reflejar el carácter de Dios, mostrando justicia a los demás, pero una justicia que restaura, redime y busca el bien del otro.

Conclusión

La traducción de khesed como Dikaiosune en la Septuaginta revela una rica interrelación entre la misericordia y la justicia en el pensamiento bíblico. La justicia divina no es una fría imparcialidad, sino que está profundamente vinculada al amor leal y la benevolencia de Dios hacia su pueblo. En esta visión, la justicia redentora y restauradora de Dios no puede separarse de su misericordia. La justicia de Dios condena cuando a los que se oponen a su actividad redentora, ya que la justicia de Dios esencialmente libera, redime y restaura a los que están bajo su cuidado. Este entendimiento invita a los creyentes a vivir una justicia que sea transformadora y que refleje la misericordia y la gracia de Dios en sus vidas cotidianas.



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