La Relación entre el Evangelio y el Discipulado: Una Reflexión Inicial
Este es el primero de tres ensayos que exploran la relación entre el evangelio y el discipulado, centrado en la manera en que la definición del evangelio influye en la comprensión de estos temas. A lo largo de este ensayo, se resaltan varios conceptos que surgen de las Escrituras, los cuales son esenciales para entender el discipulado correctamente. Sin embargo, en esta etapa, no se presentará una definición completa del evangelio, ya que primero es necesario examinar algunos principios clave que preparan el terreno para tal definición.
El Evangelio y el Discipulado
La manera en que se define el evangelio es fundamental para determinar qué es el discipulado. Existe una conexión intrínseca entre ambos conceptos. De acuerdo con los principios discutidos, la forma en que comprendemos el evangelio no solo influye en la manera en que vemos nuestra salvación, sino también en cómo entendemos y practicamos el discipulado.
Un punto relevante es que, aunque muchas personas tienden a tener distintas ideas sobre lo que es el evangelio, no debería haber múltiples definiciones del mismo. La enseñanza que se expone en las Escrituras es clara y unificada, y no debe ser reemplazada por las interpretaciones personales o particulares de pastores, profesores u otros líderes. De hecho, la idea es que el evangelio no puede ser reducido a algo subjetivo o adaptado a la experiencia individual; su definición debe estar arraigada únicamente en la Palabra de Dios.
La Justicia o Rectitud como Parte de la Comprensión
Antes de poder abordar de lleno lo que es el discipulado, se hace énfasis en que es crucial comprender el concepto de justicia o rectitud. La palabra “justicia”, tal como aparece en algunas traducciones, podría no ser la más precisa. En la Biblia en inglés, por ejemplo, el término puede llevar a confusión. Se explicó que la palabra original en griego hace referencia a la "rectitud" y la fidelidad de Dios a lo que Él ha dicho, es decir, a Su palabra y promesas.
Este matiz es significativo porque la "rectitud" tiene que ver con la manera en que Dios actúa conforme a lo que ha dicho. Comprender este concepto de rectitud es esencial para tener una visión clara del evangelio, ya que la rectitud de Dios está intrínsecamente relacionada con el mensaje de buenas nuevas. No se puede entender el discipulado, ni cómo seguir a Cristo, si no se tiene claro qué significa la rectitud o justicia de Dios.
Una Visión Centrada en Cristo
En las discusiones previas, uno de los temas que se aborda con frecuencia es cómo se ha enseñado el evangelio de manera incorrecta, centrándolo en la salvación personal del individuo. Esta interpretación común, aunque extendida, está equivocada. Al colocar la salvación individual como el centro del evangelio, se pierde de vista su verdadero núcleo: Cristo.
Si la salvación personal se presenta como el objetivo principal del evangelio, se corre el riesgo de hacer que los creyentes piensen que su discipulado y su vida de fe giran exclusivamente en torno a ellos mismos. Esto puede llevar a una visión reduccionista, donde el creyente se conforma con haber recibido la salvación, sin entender que el evangelio es mucho más que eso. La salvación es una consecuencia del evangelio, no su centro. Por lo tanto, es vital entender que el foco real del evangelio no es lo que el individuo recibe, sino la persona y obra de Cristo.
Este enfoque centrado en el ser humano, en lugar de Cristo, provoca una definición limitada del evangelio y una comprensión equivocada del discipulado. Si el centro del mensaje es la salvación del hombre, el discipulado puede llegar a verse simplemente como una forma de asegurar o mantener esa salvación, en lugar de ser una respuesta a lo que Cristo ha hecho.
El Evangelio Define el Discipulado
La manera en que se defina el evangelio determinará cómo se entiende y se practica el discipulado. Si el evangelio es percibido como un mensaje centrado en el ser humano, entonces el discipulado puede ser interpretado como un esfuerzo para mejorar la relación personal con Dios y asegurar la propia salvación. Pero si se reconoce que el evangelio está centrado en Cristo, el discipulado adopta una forma completamente distinta, una que gira en torno a seguir y obedecer a Cristo, reconociendo que Él es el verdadero centro del mensaje.
En esta etapa, aún no se ha definido completamente el evangelio. Sin embargo, se ha dejado claro que cualquier definición que esté centrada en la salvación individual está equivocada. Esta enseñanza desafía la concepción popular de que el evangelio trata únicamente de cómo las personas son salvadas, llevando a una reevaluación de cómo se debe entender el discipulado en relación con este mensaje.
Reflexión Final
En este primer ensayo, hemos esbozado algunos elementos claves que nos preparan para una definición más precisa del evangelio en ensayos futuros. La relación entre el evangelio y el discipulado es fundamental para entender cómo debe vivirse la fe cristiana. Aún no se ha proporcionado una definición concreta del evangelio, ya que se han introducido principios que son necesarios para tener una comprensión adecuada antes de abordar esa definición.
La importancia de una correcta comprensión de la rectitud de Dios, la centralidad de Cristo, y la errónea tendencia a centrarse en el ser humano son aspectos que deben tenerse en cuenta a la hora de desarrollar una visión más completa y profunda del evangelio. La definición de este mensaje definirá inevitablemente cómo entendemos el discipulado, pero por el momento, nos detenemos en esta etapa inicial para reflexionar sobre los puntos planteados.
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