La Complejidad de la Justicia Divina en la Septuaginta: Un Estudio de "Tsedaka" y sus Traducciones

La Septuaginta (LXX), la traducción griega del Antiguo Testamento hebreo, es una obra monumental que no solo traduce el texto, sino que también revela una rica interpretación teológica de los conceptos hebreos. Un ejemplo claro de esto es cómo la palabra hebrea "Tsedaka" (צְדָקָה), comúnmente traducida como justicia, adquiere diversos matices semánticos en la LXX, lo que subraya la profundidad y complejidad de la justicia de Dios. A través de múltiples traducciones de Tsedaka como "Dikaiosune" (δικαιοσύνη, justicia), "Eleomosune" (ἐλεημοσύνη, misericordia), "Eufrosune" (εὐφροσύνη, alegría) y "juicio a favor", la LXX presenta una red conceptual que abarca aspectos relacionales, redentores, restauradores, salvadores y liberadores de la justicia divina. Este ensayo explora cómo estas traducciones iluminan diferentes facetas de la justicia de Dios, especialmente en su relación con Su pueblo.

Tsedaka como Dikaiosune: Justicia Redentora y Gracia Divina

La traducción más frecuente de Tsedaka en la LXX es Dikaiosune, que generalmente se traduce como justicia en griego. Sin embargo, el concepto de Dikaiosune en la LXX no se limita a la idea de justicia en un sentido legalista o punitivo. En cambio, abarca una dimensión relacional y redentora que refleja la fidelidad de Dios hacia su pueblo y su compromiso de salvar y restaurar a aquellos que confían en Él.

Una ilustración clave de esto se encuentra en la interrelación entre khesed (חֶסֶד, misericordia) y Dikaiosune. En varios pasajes, la misericordia de Dios, expresada como khesed, se traduce como Dikaiosune, lo que destaca cómo la gracia divina y la justicia no son conceptos separados en la teología bíblica, sino profundamente entrelazados. Por ejemplo, en Génesis 19:19, cuando Lot es liberado de la destrucción de Sodoma, la misericordia que experimenta es descrita en la LXX como Dikaiosune, sugiriendo que la justicia de Dios incluye actos de gracia y misericordia. Esta justicia no es meramente punitiva, sino también salvadora, donde Dios actúa para rescatar a aquellos que están en peligro, manifestando así Su compromiso con la redención de Su pueblo.

Este aspecto redentor de la justicia de Dios es fundamental para entender la traducción de Tsedaka como Dikaiosune. En lugar de ver la justicia divina como una mera retribución, la LXX resalta que la justicia de Dios es liberadora, trayendo restauración a aquellos que confían en Él. Este es el caso en pasajes como Isaías 1:27, donde Sion será redimida mediante la justicia. Aquí, la Dikaiosune no es un castigo por el pecado, sino el medio por el cual Dios restaura y libera a su pueblo, mostrando así que la justicia divina tiene un carácter profundamente salvador.

Tsedaka como Eleomosune: Justicia como Misericordia Redentora

Otra importante traducción de Tsedaka en la LXX es Eleomosune, que significa misericordia o actos de caridad. Esta elección semántica resalta cómo la justicia de Dios no se limita a la retribución o al cumplimiento de la ley, sino que también se manifiesta en la misericordia redentora que Dios muestra hacia su pueblo. En este sentido, la justicia divina en la LXX se presenta como una fuerza activa que busca no solo castigar el mal, sino también redimir y restaurar a los oprimidos y marginados.

En Deuteronomio 6:25, por ejemplo, la obediencia a los mandamientos de Dios es descrita como justicia, pero la LXX traduce esta justicia como Eleomosune, lo que indica que la verdadera justicia según Dios implica actos de misericordia hacia los demás. Esta traducción pone de manifiesto que la Tsedaka de Dios no es solo una cuestión de castigar el pecado, sino también de liberar y proveer para los necesitados. Del mismo modo, en Salmos 24:5, aquellos que buscan a Dios reciben justicia, pero la LXX lo traduce como Eleomosune, destacando que la justicia de Dios es un acto de misericordia y benevolencia.

Al traducir Tsedaka como Eleomosune, la LXX subraya que la justicia divina incluye la compasión y el deseo de Dios de ver a su pueblo redimido y liberado. La misericordia no es una excepción a la justicia de Dios, sino una expresión de ella. De esta manera, la justicia de Dios se ve como algo que trae sanación y reconciliación, lo que contrasta con una visión puramente legalista de la justicia.

Tsedaka como Eufrosune: Justicia como Alegría

Una de las traducciones más fascinantes de Tsedaka en la LXX es Eufrosune, que significa alegría o regocijo. Esta elección semántica, que se encuentra en Isaías 61:10, subraya que la justicia de Dios no solo trae redención y liberación, sino también alegría y celebración. La justicia divina, cuando se manifiesta en la vida del pueblo de Dios, no es simplemente un acto de corrección, sino también una fuente de gozo para aquellos que experimentan su redención.

En Isaías 61:10, el profeta declara: "Me deleitaré en gran manera en el Señor, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me ha vestido con vestiduras de salvación, me ha cubierto con el manto de la justicia." Aquí, la Tsedaka de Dios es la causa del gozo del pueblo, ya que representa la restauración y la redención que han experimentado. La justicia de Dios no es solo algo que corrige lo que está mal, sino algo que transforma la vida del pueblo, trayendo un profundo regocijo. Esta visión de la justicia como alegría revela que, para la LXX, la Dikaiosune de Dios no es solo un principio ético o legal, sino una realidad que trae plenitud y gozo.

Tsedaka como Juicio a Favor: Justicia como Defensa del Oprimido

Finalmente, en Jeremías 51:10, la palabra Tsedaka se traduce como juicio a favor, subrayando cómo la justicia divina se inclina a favor de aquellos que están oprimidos y buscan la rectitud de Dios. Este pasaje, que proclama que "El Señor ha sacado a la luz nuestro juicio", muestra que la justicia de Dios no es una fuerza neutral, sino que toma partido en defensa de los que han sido explotados y oprimidos.

La traducción de Tsedaka como juicio a favor refleja que la justicia divina es profundamente liberadora. En el contexto de Jeremías, este juicio se refiere a la liberación de Israel de la opresión babilónica. El juicio de Dios no solo castiga a los opresores, sino que también defiende y restaura a aquellos que han sido víctimas de la injusticia. Esta visión de la justicia revela que el juicio de Dios es positivo para aquellos que confían en Él, ya que les garantiza que su causa será defendida y que Dios actuará en su favor.

Conclusión

A través de las diversas traducciones de Tsedaka en la Septuaginta, se revela una rica y compleja visión de la justicia divina que trasciende las simples nociones de rectitud legal. La justicia de Dios, tal como se refleja en las traducciones griegas como Dikaiosune, Eleomosune, Eufrosune, y juicio a favor, abarca dimensiones de redención, misericordia, gozo y defensa. En lugar de ser una fuerza meramente punitiva o correctiva, la justicia de Dios es relacional, restauradora y liberadora, trayendo sanación y alegría a aquellos que buscan Su rectitud.

Este enfoque holístico de la justicia en la LXX nos invita a reconsiderar nuestras propias concepciones de lo que significa ser justo ante Dios. Nos recuerda que la justicia divina es inseparable de la gracia, la misericordia y el amor, y que la verdadera justicia no solo corrige lo que está mal, sino que también restaura y trae plenitud a la vida de aquellos que están en relación con Dios.

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